sábado, 21 de noviembre de 2009

amanece cuando el sol está cerca de volver a marcharse.
mi voz resuena en un garage

viernes, 20 de noviembre de 2009

el jardín de los desesperados

la torre que se balancea
la torre que calló
ahí perdí mi vida

en esa torre
mordiendo su carne

en esa torre que caía
y en su polvo
y en su suelo frío
protegido por mi chamarra

en esa torre mis piernas
sujetando las suyas
y las ventanas viejas
desde donde podía verse la ciudad entera y sus montañas
esa ciudad
minúscula y árida

y la torre caía
y se retorcía

una linterna enorme
un halo de polvo en las escaleras
un cristal resistente sobre el abismo (la caída libre de 400 metros)

arriba mis piernas se entrelazaban con las suyas
y la levanté en el aire
aunque ahora parezca que no me quede la fuerza

observábamos la ciudad
le mostrábamos nuestro cuerpo
agarrandonos en la roca
el viento nos tentaba

jueves, 12 de noviembre de 2009

lunes, 9 de noviembre de 2009

gatos arañando mi cerebro

soy la nube
con mi inconsistencia rabiosa

y un farsante excitado
pero desconozco la raíz

oh mi cuerpo de venas
ramajes secos
el fondo de mi alma
son mis paredes
decrezco

encontré el lugar
entre los restos
donde las serpientes se zambullen en la roña
acuosa negra acumulada

miré por debajo del horizonte
mi cuerpo quedaría quebrado
rodaba cuesta abajo
esos senderos abandonados

venas que se extienden
tratan de alcanzar los habitáculos abiertos
donde los espíritus
que desvirgaron
tus recorridos
tus músculos
tersos

eran tan bellas
la noche blanquecina
la piel de la ladrona

en los bosques raspaba mi cuerpo
clavando los matorrales
una tierra rojiza
despellejaba mi piel
y añoraba al gran monolito

era una enorme montaña de cemento
con estómagos de carne

allá
la presa fue derruida

esas serpientes que se zambillían
que se escondían en las cavernas
que se alimentaban de ratas
y de peces contaminados

se parecían a mi piel
se parecían
a mis movimientos cuando dormía
siempre
tan excitado
retorciéndome en mi mismo
y ausente sonánbulo

por que yo quedé prendado de una anguila
mis fantasías como fantasmas
y quemaban como cristal derretido

corrientes de destinos imposibles
dioses fálicos
reencarnados
en esferas de vapor

corrientes de sueños
habitaciones con marihuana
y amigos eternos
que jamás existieron

y prostitutas comprensivas e inteligentes
y agradecidas

prostitutas tan bellas
con sus huesos nacarados
brillantes como el petróleo
sus risas tan poderosas

las uñas de mis pies
las de mi cuerpo
las de mi boca
colmillos afilados interminables

mi cabeza calló rodando
llorando por las escaleras


lunes, 2 de noviembre de 2009

el viento mueve mis emociones y mis intenciones