he oido en el café
tu rencor arrinconado
antigüo guerrero manco
sorprendido por la vida
atrapado por la danza
preparando las piernas para la huida
el café me silba en el oido
tus hazañas dormidas
se desvanecen tras un aullido
silencioso que no has gritado
tu nariz pegada en el cristal
con tu boca,
compañera ansiosa
que anhela
y proyecta
sus propias quimeras en el enemigo
tu amor está despierto
alerta
siempre alerta y dispuesto
con el tiempo acumulado
sin sueño
acumulando sangre
recuperando el color
dormir lo justo
eyacular lo justo
y vivir sin detenerse
te has vuelto oscuro y negruzco
jueves, 7 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)