martes, 17 de marzo de 2009
muerte veraniega
todo empezó con la habitación helada. ya no tengo escapatoria.
la habitación helada, húmeda de polvo.
el pantalón de tela tamizada. la antigua disfunción mental llevava tiempo acumulada -cuando mi vida dormía, deforme, este pene encorsetado.
o caliente o frío
o caliente o frío
por esto
tiré a la basura los calzoncillos.
(grítame
muérdeme
con dientes de caníbal
serpiente)
y el viento me tragina
el viento me tragina
y mis pies sudan
-podría llorar mi fiebre
hasta desangrar mi alma
esa vez, después de despedirme, no pude evitar ponerme a llorar. me quise despedir por esto:
por que derramé el bote de pintura y la presión imaginaria estuvo apunto de aplastarme.
el cianuro estaba preparado debajo de la cama como plata etérnamente líquida, pero no lo bebí.
y hoy, que ha pasado el día y he tenido una esperanza, he visto al viento vomitando robles en el río transparente
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