soy la nube
con mi inconsistencia rabiosa
y un farsante excitado
pero desconozco la raíz
oh mi cuerpo de venas
ramajes secos
el fondo de mi alma
son mis paredes
decrezco
encontré el lugar
entre los restos
donde las serpientes se zambullen en la roña
acuosa negra acumulada
miré por debajo del horizonte
mi cuerpo quedaría quebrado
rodaba cuesta abajo
esos senderos abandonados
venas que se extienden
tratan de alcanzar los habitáculos abiertos
donde los espíritus
que desvirgaron
tus recorridos
tus músculos
tersos
eran tan bellas
la noche blanquecina
la piel de la ladrona
en los bosques raspaba mi cuerpo
clavando los matorrales
una tierra rojiza
despellejaba mi piel
y añoraba al gran monolito
era una enorme montaña de cemento
con estómagos de carne
allá
la presa fue derruida
esas serpientes que se zambillían
que se escondían en las cavernas
que se alimentaban de ratas
y de peces contaminados
se parecían a mi piel
se parecían
a mis movimientos cuando dormía
siempre
tan excitado
retorciéndome en mi mismo
y ausente sonánbulo
por que yo quedé prendado de una anguila
mis fantasías como fantasmas
y quemaban como cristal derretido
corrientes de destinos imposibles
dioses fálicos
reencarnados
en esferas de vapor
corrientes de sueños
habitaciones con marihuana
y amigos eternos
que jamás existieron
y prostitutas comprensivas e inteligentes
y agradecidas
prostitutas tan bellas
con sus huesos nacarados
brillantes como el petróleo
sus risas tan poderosas
las uñas de mis pies
las de mi cuerpo
las de mi boca
colmillos afilados interminables
mi cabeza calló rodando
llorando por las escaleras
lunes, 9 de noviembre de 2009
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